viernes, 17 de diciembre de 2010

Pensamiento 7.

Estos días han estado medio pesados, pleitos con mi hermano, pero todo por mi culpa. Debo de dejar de ser tan soberbia, debo de ser más humilde, eso es lo que le falta a la mayoría de las personas, la humildad.

Si hubiera más humildad en el mundo, la sociedad sería otra cosa, podríamos convivir todos a gusto, porque quieran o no, la humildad hace que se vayan los prejuicios, no necesitamos prejuicios, sólo nos hacen odiar a las personas.

Seamos humildes, de corazón, de alma y de verdad. Las cosas vienen y van, no podemos apegarnos a algo porque nada es para siempre y por alguna cuestión en donde dejas la humildad de lado y sacas al ser soberbio que llevas dentro, puedes perder a muchas personas. Señores, no tiene caso.
Quítense el orgullo, la arrogancia, la vanidad, seamos más humildes, modestos y sencillos, así la vida será más fácil para todos. A veces, la soledad es buena, pero no una soledad que tú provocaste, a nadie le gusta estar solo. Se humilde y verás como te empezarás a rodear de personas que se preocuparán más por ti, que sin importar qué, siempre estarán a tu lado. Verás como las cosas en tu hogar van a cambiar, si de por si te aman, te amarán más ahora.
Escucha y calla, no respondas, aún cuando creas tener la razón. Si te hicieron algo que no te agradó, no busques a quién hacerle lo mismo sólo por tu arrogancia y por venganza, no te desgastes a lo inútil. Eres una persona muy valiosa como para andarte desgastando y amargando por eso.

Seamos felices, seamos humildes y seamos sinceros. Sólo así podrás descubrir paz interior, la paz que todos andamos buscando. Si uno no tiene paz interior, ¿cómo quieren tener un mundo mejor?

Yo sólo quiero ser feliz, así como te deseo toda la felicidad del mundo a ti.

¡Sonríe aunque sientas pena en tu interior!

Hagamos un mundo mejor, pero hay que empezar por uno mismo.


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